1. Entender las diferentes metodologías de implementación de leyes y convenios que usan los gobiernos.
  2. Revisar los temas claves de la agenda sindical de las organizaciones sindicales en la región para lograr el trabajo decente.
  3. Analizar las condiciones necesarias para la implementación de las leyes.
  4. Conocer y usar mecanismos de negociación institucional y colectiva.
  5. Conocer y usar mecanismos nacionales e internacionales de queja y de denuncia.

Actividad de Información 2.1

Principales temas para alcanzar un trabajo digno y decente

“Trabajo decente: trabajo productivo, en el cual se protegen los derechos, lo cual engendra ingresos adecuados con una protección social apropiada. Significa también un trabajo suficiente, en el sentido de que todos deberían tener pleno acceso a las oportunidades de obtención de ingresos.”
Como parte del proceso de validación de esta caja de herramientas, en un ejercicio conjunto de la FITH, lideres de 26 organizaciones de trabajadoras del hogar discutieron, analizaron y finalmente eligieron los temas clave para alcanzar un trabajo digno para su sector laboral en Latinoamérica. Abajo, presentamos los temas elegidos y destacamos su importancia para el debate. Estos temas forman parte de la agenda sindical regional y nacional de los sindicatos y están estrechamente ligados a cómo hacer realidad el Trabajo Decente de acuerdo al Convenio 189
  1. Salario
  2. Mecanismos de fijación del salario
  3. Contratos laborales
  4. Educación y Profesionalización
  5. Inspecciones laborales
  6. Proteccion Social
  7. Jornada laboral
  8. Migración y Trabajo Domestico
  9. Violencia y Acoso en el trabajo

Salario

Las trabajadoras del hogar están en uno de los sectores laborales peor remunerados del mundo del trabajo y, en muchos casos, son remuneradas abajo de la línea nacional de pobreza. Las trabajadoras del hogar en America Latina y el Caribe reciben aproximadamente 40% del ingreso promedio de las demás trabajadoras del país donde están ubicadas (OIT de 2012). En la región, estos porcentajes pueden variar desde 34,4% en Panamá hasta 82,3% en Perú. Hay que destacar que estas variaciones son también influenciadas por cuestiones de raza/etnia y país de origen (ver Tema 1 del Módulo 1).
En números
Gráfico extraído del informe “Panorama Laboral 2012 – América Latina y el Caribe”, Organización Internacional del Trabajo, 2012. Disponible en: https://www.ilo.org/wcmsp5/groups/public/—americas/—ro-lima/documents/publication/wcms_195884.pdf
La OIT explica que los salarios bajo se deben a muchos factores, como por ejemplo:

1.

La infravaloración del trabajo del hogar: la sociedad no reconoce el trabajo doméstico como una real ocupación que como otras requiere conocimientos, destrezas y práctica.

2.

El no reconocimiento del trabajo del hogar como base de la economía y de la sociedad: frecuentemente, los empleadores/as no interpretan este tipo de trabajo como algo que les posibilita a tener una carrera profesional en el mundo del trabajo dicho productivo. El trabajo doméstico y de cuidado no son vistos como actividades de valor que propician que los hijo/as de los empleadores/as vayan a la escuela para calificarse para sus futuros profesionales.

3.

La dificultad en cuantificar el trabajo del hogar en valores monetarios: como el valor del trabajo del hogar no es fácilmente cuantificable, sus salarios no suelen ser definidos de manera justa y digna.

4.

En muchos países el trabajo doméstico no es regulado por políticas de salario mínimo

5.

Baja representación sindical del sector y por tanto bajo poder de negociación

Las trabajadoras del hogar sufren de un aislamiento debido a que trabajan en espacios privados a puerta cerrada en los hogares de los empleadores. Para las trabajadoras migrantes, el idioma puede tornar este problema aún más grave. Las trabajadoras domésticas también enfrentan largas jornadas de trabajo que frecuentemente les impide reunirse en organizaciones sindicales.

Remuneración en especie (parcial o integralmente). Aunque la OIT permite que eso ocurra en determinadas circunstancias, la organización reconoce que esta forma de pago puede imponer riesgos a las trabajadoras y les dejan vulnerables a prácticas abusivas. El artículo 12 del Convenio 189 señala que el pago en especie es permitido si se refiere a solamente una proporción de la remuneración total. Se debe garantizar que esta modalidad no sea menos favorable a las trabajadoras domésticas que a las otras categorías de trabajadores. Los países deben siempre adoptar medidas que aseguren que los pagos en especie se hagan en acuerdo con la trabajadora. También están obligados a garantizar que su uso y beneficio sea personal y que su valor sea justo y razonable.

Para escuchar sobre las trabajadoras que trabajan en modalidad ‘cama adentro’, haz click aquí

Para las trabajadoras que trabajan en modalidad ‘cama adentro’, para muchos empleadore/as, el ofrecimiento de alojamiento y alimentación puede ser considerado un beneficio. Comúnmente, estos gastos por el/la empleador/a son descontados del salario. En este sentido, los salarios en efectivo de las trabajadoras en esta modalidad de trabajo son más bajos que la media del sector. Esta diferencia en el pago efectivo interfiere en el total de las contribuciones a la seguridad social y puede tener otros efectos más expresivos a largo plazo. El artículo 12 del Convenio 189 dice que las trabajadoras deben recibir sus salarios en efectivo, a intervalos regulares y una vez al mes como mínimo. Los salarios pueden ser pagos por medio de transferencia o cheque bancario, cheque o giro postal o por otro canal monetario legal. Esta decisión debe llevar en cuenta la legislación nacional, los convenios colectivos y el consentimiento de la trabajadora (OIT, 2016).
Para conocer cuál es la situación del salario al sector doméstico en su país visitar las fichas país en este enlace y buscar su país
Para conocer cuál es la situación del salario al sector doméstico en su subregión visitar las fichas subregionales en este enlace y buscar su subregión (región Andina, Cono Sur, Caribe y México; Centro América)

Contratos Laborales : No es ayuda es trabajo!​

Los contratos de trabajo son importantes para establecer, formalizar y reconocer la relación laboral entre empleados y empleadores

Son acuerdos que benefician a todas las partes involucradas, firmando sus derechos y sus obligaciones. Sin embargo, es importante que estos contratos sean formalizados por escrito para que puedan ofrecer más transparencia y garantizar los términos pactados. El contrato laboral por escrito asegura condiciones de trabajo decente a las trabajadoras y protegen a los trabajadores en situaciones de disputa judicial.

En general, los Convenios de la OIT no especifican temas que deben ser considerados en los contratos de trabajo. Pero en cambio, teniendo en cuenta las especificidades que envuelven el trabajo doméstico, el Convenio 189 determina los términos para registrar y acordar:

Un buen ejemplo es Chile donde existe un formato de contrato laboral que está disponible en el sitio web del Ministerio del Trabajo para que empleadores y trabajadoras puedan fácilmente acceder a él. Recomendamos aún los modelos de Perú para las modalidades “sin residencia“, “con residencia” y “jornada parcial sin residencia“.

Educación y profesionalización​

Cómo visto en el Tema 1 del Módulo 1, la desvalorización del trabajo del hogar está asociada a cuestiones de género. Es común que se considere que las mujeres deban responsabilizarse por las tareas domésticas y de cuidado debido a su “naturaleza femenina”. Por más equivocada e injusta que sea esta manera de pensar, lamentablemente es la mentalidad de muchos empleadores/as y también trabajadoras.
El primer paso para la valorización del trabajo de hogar es reconocerlo como una profesión y como el trabajo que hace posible todos los demás trabajos para que la sociedad y la economía de un país no colapsen

Creuza Maria Oliveira, Presidenta del Sindoméstico-Bahia y Presidenta de Honor de la Federación Nacional de Trabajadoras del Hogar de Brasil, destaca situaciones de discriminación contra profesionales de baja escolaridad:

Al igual que otras profesiones, las trabajadoras del hogar deben estar preparadas y actualizadas para los cambios que suceden con el desarrollo de nuevas tecnologías, nuevas formas de alimentación, etc para operar nuevos equipamientos (electrónicos o no) y productos necesarios para las actividades de cuidados, cocina y limpieza que realizan. Así como profesionales de otros sectores, estas trabajadoras deben tener acceso a instrumentos para que se desarrollen profesionalmente frente a las demandas por nuevas competencias.
La educación, profesionalización y reconocimiento de competencias adquiridas a traces de la experiencia de años de trabajo promueven el trabajo decente porque ofrecen a las trabajadoras del hogar:
  1. Un mayor reconocimiento social y económico y abren puertas para mejorar el nivel de vida de las trabajadoras .
  2. Es una vía importante para ampliar su autonomía profesional y su poder de negociación.
  3. Es una estrategia importante para combatir la informalidad en el sector.

Inspecciones laborales​

La invisibilización y la desvalorización del trabajo doméstico son responsables por mantener muchas trabajadoras del hogar en condiciones de extrema vulnerabilidad y explotación. Violencia y acoso contra mujeres que trabajan en el servicio doméstico son comunes. Al extremo, las trabajadoras pueden terminar atrapadas en situaciones de trabajo forzoso, trabajo esclavo, con largas jornadas, remuneraciones escasas (cuando las tienen) y acomodaciones inadecuadas.
Por qué son tan importantes y tan difíciles realizar las inspecciones?
Creuza Maria Oliveira, Presidenta del Sindoméstico-Brahia y Presidenta de Honor de la Federación Nacional de Trabajadoras del Hogar de Brasil, relata casos de inspección y rescate de trabajadoras en situación de trabajo forzoso en el trabajo doméstico:

Políticas de inspección de trabajo: son muy diversas de país a país

La FITH con apoyo técnico de expertos en Salud y Seguridad en el Trabajo de la OIT facilitaron el proceso de elaboración colectiva de la 1era Guia de Orientaciones de Salud y Seguridad En El Trabajo para Empleadores y Trabajadoras del Hogar en la que participaron 29 sindicatos y organizaciones de trabajadoras del hogar en 15 países de América Latina. Actualmente se desarrolla la campaña en redes sociales “TU HOGAR es mi LUGAR de TRABAJO” para promover el uso de la guía entre los empleadores
En Latinoamérica, los países han adoptado dos estrategias diferentes para garantizar las inspecciones:
  1. Una de estas estrategias es el registro formal y obligatorio de las trabajadoras domésticas por autoridades gubernamentales (en su gran parte, ministerios del trabajo). Además de datos personales, los registros incluyen informaciones sobre las condiciones de trabajo de esas profesionales.
  2. La segunda estrategia es el desarrollo de dispositivos de control y monitoreo de estas condiciones. Los países latinoamericanos buscan garantizar las inspecciones sin la necesidad de adentrarse los hogares de sus empleadores/as como, por ejemplo, solicitando documentos para análisis (OIT, 2016).
Para conocer cuál es la situación de las inspecciones en el sector doméstico en su país visitar las fichas país en este enlace y buscar su país

Para conocer cuál es la situación de las inspecciones en el sector doméstico en su subregión visitar las fichas subregionales en este enlace y buscar su subregión (región Andina, Cono Sur, Caribe y México; Centroamérica)

Protección Social​

“Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su familia, la salud y el bienestar, y en especial la alimentación, el vestido, la vivienda, la asistencia médica y los servicios sociales necesarios; tiene asimismo derecho a los seguros en caso de desempleo, enfermedad, invalidez, viudez, vejez u otros casos de pérdida de sus medios de subsistencia por circunstancias independientes de su voluntad.”
Declaración Universal de Derechos Humanos – Artículo 25
Según la OIT, la protección social es un sistema amplio que busca ofrecer mecanismos colectivos de seguridad en situaciones de vulnerabilidades que pueden enfrentar para todas las personas. La protección social está fuertemente asociada al concepto de Trabajo Decente y tiene como principales objetivos:
La protección social abarca:
  1. protección de la seguridad y la salud en el trabajo
  2. indemnizaciones y seguros por accidentes en el lugar de trabajo
  3. acceso a asistencia médico
  4. planes de pensión de jubilación
  5. seguro por desempleo
  6. protección en casos de embarazo y maternidad y otros (OIT, 2010).
Aunque la protección social sea un derecho universal, el trabajo doméstico sigue siendo frecuentemente excluido de la red de seguridad que protege a los demás trabajadores. De acuerdo a OIT (2022).Las principales barreras para que las trabajadoras remuneradas del hogar accedan de manera efectiva a la seguridad social son:
  1. exclusiones legales,
  2. obstáculos administrativos
  3. poca capacidad contributiva del sector
  4. falta de aplicación e incumplimiento de las leyes del trabajo y de seguridad social
  5. Falta de información y sensibilización a empleadores, trabajadoras y administrativos de los institutos de seguridad social en los países
  6. Escaza organización sindical del sector
El artículo 13 y 14 del Convenio 189 de la OIT enfatiza el derecho de las trabajadoras remuneradas del hogar a un ambiente de trabajo seguro y saludable: “Todo Miembro, en conformidad con la legislación y la práctica nacionales, deberá adoptar medidas eficaces, teniendo debidamente en cuenta las características específicas del trabajo doméstico, a fin de asegurar la seguridad y la salud en el trabajo de los trabajadores domésticos” (Art 13 C189)
Recursos

Mecanismos de fijación del salario

Para escuchar los mecanismos de fijación del salario mínimo​, haz click aquí

La fijación del salario mínimo es una herramienta esencial para garantizar a los trabajadores y trabajadoras un trabajo decente, la inclusión social y la protección contra los ingresos bajos e injustos, mientras establece un nivel mínimo a ser considerado en la negociación colectiva y en el diálogo social.
Además, el salario mínimo es una importante medida para superar la pobreza y reducir la desigualdades sociales de un país. Pero no es la única y no debe ser tomada aisladamente de otras políticas laborales y sociales. Para que la fijación del salario mínimo sea efectiva, es necesario que se garantice su cobertura para todos los trabajadores y trabajadoras, independiente del sector económico donde actúan o su ocupación, y que esté en un nivel adecuado a sus necesidades personales y familiares.
Hay diferentes mecanismos y niveles de fijación del salario minimo
Sobre los mecanismos, se destacan los distintos modos y agentes involucrados en la definición de la medida:
Sobre los niveles, se señalan los diferentes alcances (en términos de territorialidad y sector económico/ocupacional) que la medida puede tener:
Considerando estas definiciones, se puede categorizar los países según la tabla abajo:

Distribución de los países de Latinoamérica y del Caribe, según mecanismo y nivel de fijación del salario mínimo

Mecanismo ⇨

Nivel ⇩
Gobierno, soloGobierno, en consulta con parceros socialesGobierno, siguiendo recomendación/consulta de un organismo especializado (bipartito o tripartito)Organismo especializado (bipartito o tripartito)Negociación colectiva/parceros socialesNo hay salario mínimo
NacionalBolivia, Brasil*Bahamas, Chile, CubaHaití, Paraguay, Trinidad y Tobago, VenezuelaColombia, Perú
Regional
Nacional, por sector y/o ocupaciónSan Cristóbal y Nieves*Antigua y Barbuda, Barbados^, Belice, Dominica, El Salvador, Granada, Guatemala, Guyana, Honduras**^, Jamaica, Panamá**, Uruguay*Argentina, Costa Rica, Ecuador**, México**, Nicaragua, República Dominicana**
Regional, por sector y/o ocupación
No hay salario mínimo

Estos países tienen diferentes mecanismos de fijación de salarios mínimos legales (incluyen salarios mínimos establecidos por industria/sector, salarios mínimos regionales, acuerdos de negociación colectiva por industria/sector nacionales, etc).

* Algunos países tienen más de un nivel en el cual el salario mínimo es fijado.
** Algunos países tienen componentes adicionales: por ejemplo, el tamaño o tipo de empresa, área, etc.

Fuente: OIT, 2012.

América Latina y el Caribe tienen una de las coberturas del salario mínimo más amplias del mundo. Sin embargo, hay gran diferencia de país a país en los mecanismos de fijación de salario:

Para continuar escuchando los mecanismos de fijación del salario mínimo​, haz click aquí

Pese a las luchas y conquistas de la clase trabajadora, algunos sectores no son siquiera contemplados en el salario mínimo y, cuando lo son, no suelen ser contemplados de manera igualitaria entre las diferentes categorías profesionales. Números de la OIT indican que 22,4 millones de trabajadores y trabajadoras del hogar (o sea, 42,6% del total de trabajadores a nivel global) están excluidos de la cobertura del salario mínimo y no están protegidos de los bajos salarios que normalmente reciben. La mayoría de estas trabajadoras viven en países donde todos los trabajadores (excepto los domésticos) están amparados por una política de salario mínimo. 

En el mundo hay 22,4 millones de trabajadoras y trabajadores domésticos excluidos del salario mínimo,

de este total:

0,8 millones viven en países en que no hay legislación que fije salario mínimo​

21,5 millones viven en países en que no hay legislación que fije salario mínimo para el sector de trabajo doméstico

Fuente: OIT – Guía sobre políticas en materia de salario mínimo (2016). Disponible en: https://www.ilo.org/global/docs/WCMS_542028/lang–es/index.htm

Las trabajadoras remuneradas del hogar reciben el 45 % menos comparadas a los demás sectores asalariados. En algunos países, la legislación nacional establece salarios mínimos distintos dependiendo del sector económico o de la ocupación. En estos casos, el salario mínimo del trabajo doméstico suele ser el más bajo entre todos los sectores ocupacionales. 

Hay 3,1 millones de trabajadoras del hogar  (o 5,9% del total) que tienen derecho a salario mínimo inferior al de los demás trabajadores de sus países. Es importante enfatizar nuevamente que la informalidad es un factor expresivo que presupone salarios inferiores al mínimo en el sector del trabajo doméstico (OIT, 2016).

En Latinoamérica y en el Caribe, la protección del salario mínimo es más amplia que en el resto del mundo. De un total de 24 países analizados por la OIT, 22 poseen medidas de fijación para las trabajadoras del hogar (solamente las dominicanas y las hondureñas no cuentan con este tipo de medida). Y entre estos 22 países, solamente en Belice, Costa Rica y Panamá, su salario mínimo es menor que el establecido para los demás trabajadores.

El Convenio 189 de la OIT garantiza medidas para asegurar que las trabajadoras disfruten de beneficios del régimen de salario mínimo en los países que lo ratifican, es por ello que luchar por su ratificación e implementación efectiva es el corazón de la lucha sindical de TdH

“El establecimiento de un salario mínimo es una forma de reconocimiento de la contribución económica y social del personal doméstico y un medio fundamental para garantizar el principio de igualdad de remuneración por trabajo de igual valor.”

Organización Internacional del Trabajo

Recursos

Jornada laboral

Las TdH constituyen una categoría profesional cuya jornada de trabajo es una de las más largas en el mundo. Estas extensas horas de trabajo causan consecuencias graves para la salud física y mental de estas trabajadoras y afectan el desempeño de sus actividades en el ambiente de trabajo. 

Al menos en la teoría, algunos países de Latinoamérica, la legislación nacional ya impone límites para la jornada de las trabajadoras del hogar (Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Costa Rica, Ecuador, Paraguay, Perú y Uruguay). En estos y otros países, las pausas y descansos durante la jornada diaria son derechos y deben ser respetados por sus empleadores/as (CEPAL, OIT, ONU Mujeres, 2020). Sin embargo, hay otros países que todavía no legislan sobre los límites de jornada para las trabajadoras domésticas.

Limitación de la duración normal semanal de trabajo para trabajadoras y trabajadores domésticos en Latinoamérica y en el Caribe (2020)

6%: Superior a los demás trabajadores y trabajadoras;​
9%: Sin limitación de duración del trabajo de los trabajadores y trabajadoras. (OIT, 2021)​
86%: Igual o inferior a los demás trabajadores y trabajadoras;​

Diferencias entre las jornadas de las trabajadoras ‘cama adentro’ y ‘cama afuera’

En números

Recuadro extraído del informe “Trabajo doméstico – Nota de información 2: Horas de trabajo en el trabajo doméstico”, Organización Internacional del Trabajo, 2011. Disponible en: 

Recuadro1: Diferencia en horas trabajadas e ingresos promedio entre trabajadores puertas-adentro y puertas-afuera
Trabajadores domésticos, puertas-adentro
Perú 2001Chile 2000
Horas semanales promedio62.167.6
Ingresos promedio, 40 horas (US$)124.7187.0
Tarifa equivalente por hora3.14.7
Ingresos mensuales por horas trabajadas193.6316.0
Trabajadores domésticos, puertas-afuera
Perú 2001Chile 2000
Horas semanales promedio49.040.0
Ingresos promedio, 40 horas (US$)101.6193.9
Tarifa equivalente por hora2.54.8
Ingresos mensuales por horas trabajadas124.5193.9

Definir horas máximas para jornada laboral es fundamental para que se pueda legislar sobre horas extraordinarias, sus límites y su remuneración. El registro y el control del tiempo trabajado influencia los ingresos de las trabajadoras domésticas y sus aportaciones a la seguridad social. Si no hay registro, ellas no pueden tener acceso a derechos laborales básicos y estarán vulnerables a no recibir remuneración por algunas de las horas trabajadas.

Recursos

Migración y trabajo doméstico

Para escuchar sobre la migración y trabajo doméstico​, haz click aquí

El trabajo doméstico y de cuidados tanto remunerado y no remunerado recae en las mujeres. A medida que las mujeres se insertan en el mercado de trabajo y la población en los países va envejeciendo se produce el fenómeno de “la crisis del cuidado” puesto que las que tradicionalmente cuidaban de la casa y los ancianos ahora no lo pueden hacer porque tienen que salir a trabajar para sustentar a su familia.

A esta ‘crisis del cuidado’ se agrega la ausencia de sistemas nacionales de cuidado en diversos países del mundo, que deberían proveer guarderías, profesionales del cuidado a domicilio para adultos mayores y personas con discapacidades, etc. Esta amplia transferencia de los servicios de cuidado antes ofrecidos por el Estado para las familias, genera un crecimiento en la contratación de otras personas para ejecutar las actividades domésticas y de cuidado en sus hogares. En muchos países de la región, esta demanda es comúnmente ocupada por mujeres migrantes. Así, son creadas las ‘cadenas de cuidado’ que traen, por consiguiente, una perspectiva transnacional al trabajo desarrollado por las trabajadoras del hogar.

Diariamente, hombres y mujeres dejan sus países de origen buscando mejores condiciones para su vida profesional, personal y familiar. En 2013, la OIT estimaba que había 232 millones de migrantes en todo el mundo. De esta cifra, 150 millones estaban en el mercado de trabajo y 11,5 millones eran trabajadores/as domésticos/as migrantes. Este número de trabajadores migrantes corresponde a 3,9% de toda la fuerza de trabajo del globo (OIT, 2013). Los hombres son mayoría entre los trabajadores migrantes, pues las mujeres enfrentan más obstáculos para la migración que ellos. Los motivos son diversos: discriminación de género en el mercado de trabajo y falta de una red social de soporte en el país de destino. 

Al menos en la teoría, algunos países de Latinoamérica, la legislación nacional ya impone límites para la jornada de las trabajadoras del hogar (Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Costa Rica, Ecuador, Paraguay, Perú y Uruguay). En estos y otros países, las pausas y descansos durante la jornada diaria son derechos y deben ser respetados por sus empleadores/as (CEPAL, OIT, ONU Mujeres, 2020). Sin embargo, hay otros países que todavía no legislan sobre los límites de jornada para las trabajadoras domésticas.

La migración en números

Estimaciones mundiales de la población de migrantes, de trabajadores migrantes, y de trabajadoras y trabajadores domésticos migrantes, 2013

Gráfico extraído del informe “Estimaciones mundiales de la OIT sobre los trabajadores y las trabajadoras migrantes: Un enfoque especial sobre las trabajadoras y los trabajadores domésticos migrantes”, Organización Internacional del Trabajo, 2013. Disponible en: 

Migración interna

La gran mayoría de las trabajadoras del hogar migrantes son migrantes internas, es decir que migran del campo a la ciudad en su propio país para buscar trabajo y sustento. Así, la migración interna es mucho más frecuente en países más rurales, como El Salvador, Honduras, Nicaragua, Paraguay, Bolivia y Perú

Migración internacional

En Latinoamérica y en el Caribe, solamente un 4,2% de trabajadoras del hogar son migrantes internacionales y vienen principalmente de países vecinos. La proximidad geográfica facilita la movilidad y baja los costos de viaje y migración.  Además, el idioma  y la libre movilidad entre los países latinoamericanos y caribeños traen ventajas migratorias. 

Elena Perez, Secretaria General de la Asociación de Trabajadoras del Hogar (ATH) de República Dominicana, nos llama la atención para una dificultad extra que las organizaciones sindicales tienen en alcanzar las trabajadoras migrantes. Hay que haber una relación de confianza:

Para escuchar sobre Migracion Internacional, haz click aquí

Por décadas, las trabajadoras del hogar migrantes han contribuido a la economía global a través de sus remesas. Hay registros de que las trabajadoras migrantes dedican un porcentaje mayor de sus ingresos al envío de remesas en relación a los hombres, principalmente las mujeres solteras. Eso porque las mujeres son consideradas las responsables por la manutención de la dinámica familiar y, así, muchas se sienten presionadas por sus familias a darles el soporte que necesitan mismo distantes de casa. A estas aportaciones económicas de las mujeres migrantes, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) les reconoce como el modelo de “remesas para el desarrollo”. Además de contribuir para las necesidades de su familia, las remesas de estas mujeres, cuando invertidas en negocios locales, también promoverían el desarrollo de la economía de su propio país.

Este sentimiento de responsabilidad a su familia y a su comunidad local frecuentemente fuerza las trabajadoras migrantes a aceptar condiciones de vida y de trabajo precarias. A su vez, un contexto de inseguridad y mayor riesgo de violencia, explotación y acoso sexual interfiere en sus capacidades y en la cuantidad de remesas que pueden enviar. Todavía hay situaciones de ilegalidad en sus estatus migratorio o de retención de documentos por los empleadores/as que dificultan el acceso a canales formales de envío. Además, como sus remesas no son considerablemente altas, esas mujeres no suelen ser consideradas clientes atractivas a los grandes bancos y, por lo tanto, siguen fuera del sistema bancario. Por estos y otros motivos, las cifras verdaderas pueden exceder aquellas estimadas por el Banco Mundial.

Las vulnerabilidades pueden surgir antes mismo que crucen las fronteras. Algunas de las trabajadoras pagan altas tasas por el servicio de agencias de inmigración para salir de su país de origen. Cuando llegan a su destino, muchas ya están endeudadas y en una situación de extrema vulnerabilidad. Situaciones de explotación y amenazas de deportación son comunes. Para protegerlas de esas situaciones, el Convenio 189 es claro. El artículo 8 impone que los Miembros de la OIT deben especificar las condiciones según las cuales los trabajadores domésticos migrantes tienen derecho a la repatriación tras la expiración o terminación del contrato de trabajo. Por su vez, el artículo 15 incluye a los trabajadores domésticos migrantes en las medidas protectoras contra prácticas abusivas a los trabajadores domésticos contratados o colocados por agencias de empleo privadas.

Los Miembros deberán adoptar medidas para cooperar entre sí a fin de asegurar la aplicación efectiva de las disposiciones del presente Convenio a los trabajadores domésticos migrantes.

OIT – Artículo 8(3) del Convenio n° 189 sobre las trabajadoras y los trabajadores domésticos

Según datos de 2018 de la OIT, 80% de las trabajadoras del hogar migrantes están concentradas en los países ricos, demostrando una clara división internacional del trabajo con base en relaciones de desigualdad.

Por ejemplo, la mayor parte de las trabajadoras del hogar en los países Árabes (83%), Norteamérica (71%) y Europa (55%) son migrantes.

CEPAL“Desigualdad, crisis de los cuidados y migración del trabajo doméstico remunerado en América Latina” (2020).

Por mandato de las organizaciones afiliadas a la FITH, el tema de Migración es un tema prioritario para apoyar la organización de base y el liderazgo de las compañeras migrantes para que el trabajo decente sea una realidad para todas las trabajadoras del hogar sin importar su condición migratoria. Para conocer las resoluciones de la FITH en el tema migración visitar aqui 

Conozcamos algunas experiencias de la organización de las TdH migrantes en Brasil y Costa Rica

Diana Garcia, Secretaria de Organización de la Federación Nacional de Trabajadoras Domésticas (FENATRAD) de Brasil y Directora del Departamento Doméstico de Migrantes y Indígenas del Sindicato de los Trabajadores Domésticos del Municipio de Sao Paulo (STDMSP), comparte experiencias de la organización de las trabajadoras del hogar migrantes en Brasil:
Conozca también la historia de Carla, una joven venezolana que describe las dificultades que muchas mujeres migrantes, así como ella, encuentran al llegar al Brasil. Carla refuerza aún los derechos a los cuales las mujeres migrantes tienen derecho en Brasil:

Violencia y acoso en el trabajo

‘Violencia y acoso’ en el mundo del trabajo contempla un conjunto de amenazas, comportamientos y prácticas inaceptables que tienen por objeto causar un daño físico, psicológico, sexual o económico a los trabajadores y trabajadoras.

Adaptado del Artículo 1(1a) del Convenio n° 190, sobre la violencia y el acoso en el mundo del trabajo, de la OIT (2019)

Un estudio de CARE, realizado en 2018 en cinco países (Colombia, México, Ecuador, Guatemala y Honduras) refleja que 8 de cada 10 trabajadoras del hogar sufren violencia basada en género y casi la totalidad de las participantes de la encuesta ha experimentado de alguna forma de abuso de poder laboral, normalmente expresada por hostigamientos, violencia y acoso.

En junio de 2019, la OIT estableció el Convenio n° 190 sobre la violencia y el acoso en el mundo del trabajo, admitiendo que el problema  atraviesa las fronteras y se vive en todos los  sectores económicos y ocupaciones. En su preámbulo, la organización reconoce “el derecho de toda persona a un mundo del trabajo libre de violencia y acoso, incluidos la violencia y el acoso por razón de género“.

El sector doméstico es una de las categorías profesionales más propensas a situaciones de violencia y acoso en el ambiente de trabajo. Son varios son los motivos porque el trabajo del hogar es más vulnerable a la violencia : 

Entre las trabajadoras del hogar más susceptibles a la violencia y al acoso, están: 

La violencia y el acoso pueden presentarse de formas/naturalezas bastante distintas, según apunta la Organización Mundial de la Salud (OMS):

De acuerdo a estudios de la OIT (2022) en el ámbito del trabajo del hogar, las trabajadoras relatan haber atravesado por situaciones de maltrato físico, que incluye diferentes actos violentos como empujones, bofetadas, tirones de cabello o golpes con objetos que les tiraron sus empleadores/as. Las acciones físicas frecuentemente son ejecutadas en combinación a prácticas violentas, especialmente de naturaleza psicológica (como gritos o insultos).

Violencia psicológica o moral

Es una de las formas de violencia más complejas y difíciles de ser identificada. Se entiende como un conjunto de comportamientos o actitudes (conscientes o inconscientes) que tiene como objetivo provocar algún tipo de sufrimiento emocional o psíquico a alguien. Se contemplan acciones que disminuyan la autoestima, la identidad y el desarrollo físico, mental, espiritual, moral o social de alguien como forma de atender la necesidad emocional o psicológica del agresor. Pueden manifestarse en: 

Según datos de CARE (2018), las manifestaciones más corrientes de violencia psicológica que experimentan las trabajadoras domésticas remuneradas son los gritos, insultos y la descalificación de la trabajadora por tareas consideradas mal hechas. Muchas trabajadoras del hogar sienten una fuerte presión por las amenazas de despido sin pago de salario por no hacer bien el trabajo o por haber robado algo sin que estas acusaciones tengan fundamento.

Violencia sexual

Se entiende como cualquier acto sexual, la tentativa de consumar un acto sexual u otro acto dirigido contra la sexualidad de una persona mediante fuerza física, coacción, amenaza, intimidación o influencia psicológica por otra persona. Se consideran aún los actos que fuercen a alguien a presenciar o participar de interacciones sexuales. Incluye tambíen los actos que impidan la utilización de método contraceptivo o que obliguen a la prostitución, al aborto, al matrimonio, al embarazo o, en general, que impidan el ejercicio de sus derechos reprodutivos y sexuales. La violencia sexual puede ocurrir independientemente de su relación con la víctima, en cualquier ámbito, y hieren su dignidad, liberdad e integridad física. Se comprenden como violencia sexual los actos no consentidos o forzosos, como:

Las formas de violencia sexual que más afectan a las trabajadoras del hogar van desde miradas obscenas, tocamientos del cuerpo, insinuaciones y chantaje sexual hasta violaciones. Hay aún una hipersexualización de los cuerpos negros y morenos, fruto del racismo estructural tan caracteristico en Latinoamérica y en el Caribe.

En este tipo de violencia, los principales agresores son los varones de las familias para las cuales ellas trabajan o que tienen algún vínculo a esta familia: las parejas de sus empleadoras, hijos adolescentes o, en menor grado, vecinos. Esta proximidad entre el agresor y la familia torna la violencia aún más grave, pues genera un determinado descrédito a la trabajadora cuando busca ayuda.

Violencia económica

Los actos de violencia económica a las trabajadoras del hogar se manifiestan en:

Violencia laboral​

Se refiere a una serie de acciones u omisiones en contra de otra persona en el ámbito del trabajo que implican un atentado a la dignidad profesional o personal de la víctima. Estos actos son ejercidos de manera repetida tanto por los empleadores/as (o sea, una autoridad) o por sus compañeros de trabajo. Es otra forma de abuso de poder y puede manifestarse en los tipos de violencia descritos anteriormente. 

En el trabajo del hogar, la violencia laboral puede expresarse por:

Para escuchar sobre Violencia laboral​, haz click aquí

Las cuestiones de la violencia y del acoso suelen ser tomadas como sencillas y, por lo tanto, silenciadas. Hay una dificultad generalizada en identificar comportamientos violentos y de acoso, principalmente porque no hay información suficiente sobre este tema. El silencio distancia a las trabajadoras de los conceptos y definiciones reales de violencia y acoso. Por razones diversas (como el miedo de las consecuencias y la relación personal con sus empleadores y familia, la falta de acceso a la justicia y en muchos casos la ineficacia de los sistemas de justicia en sancionar la violencia a las mujeres ), muchas trabajadoras no hacen denuncias. Prefieren renunciar a su puesto de trabajo a enfrentar las reacciones que una acción judicial puede resultar. En otros casos, las trabajadoras no tienen acceso a los mecanismos de denuncia.

Para eliminar la violencia y el acoso en el trabajo doméstico, la OIT destaca que es necesario un esfuerzo conjunto que torne la violencia y el acoso ilegales y socialmente inaceptables. Estos actos solamente serán considerados ilegales si hay legislaciones firmes que prohíban todas las formas de violencia y acoso. Además, es fundamental que las instituciones públicas tengan instrumentos de monitoreo y cumplimiento de las leyes. En este sentido, la violencia y el acoso deben ser castigados y reconocidos públicamente (OIT, 2019).

Paulina Luza, secretaria General de la CUT (Central Unitaria de Trabajadores) Perú, señala casos de violencia física y acoso contra las trabajadoras domésticas transexuales:

Acción Sindical

El convenio Convenio189 junto al Convenio n° 190 son dos herramientas fundamentales que las organizaciones de trabajadoras del hogar usan para combatir los diferentes tipos de violencias que se viven en el trabajo doméstico.

Instrumentos y marcos legales de prevencion y proteccion contra la violencia y el acoso

Convenio 189 y Rec 211

Convenio 190 y Rec 206

De la Rec 206 (No vinculante)

Estas herramientas internacionales han ayudado a las organizaciones a:

En América Latina y el Caribe los sindicatos de trabajadoras del hogar están actualmente participando activamente de campañas informativas, educacionales para levantar conciencia de que el acoso y la violencia no deben ser parte del entorno laboral y en ese sentido también están activamente haciendo campaña e incidencia para lograr la ratificación del Convenio 190 de la OIT. Hasta el momento son 6 los países latinoamericanos que han ratificado el convenio (Argentina, Uruguay, Perú, México, Ecuador y Panamá) gracias a la movilización de las mujeres sindicalistas incluyendo las trabajadoras del hogar. 

  1. Entender las diferentes metodologías de implementación de leyes y convenios que usan los gobiernos.
  2. Revisar los temas claves de la agenda sindical de las organizaciones sindicales en la región para lograr el trabajo decente.
  3. Analizar las condiciones necesarias para la implementación de las leyes.
  4. Conocer y usar mecanismos de negociación institucional y colectiva.
  5. Conocer y usar mecanismos nacionales e internacionales de queja y de denuncia.