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Argentina - Marcelina Bautista: Se debe promover la ratificación efectiva del C189, con la implementación y el cumplimiento

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por IDWFED Última modificación 19/06/2014 20:02
"El trabajo doméstico no es reconocido como un oficio digno"

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Hay más de 53 millones de trabajadoras y trabajadores del hogar en el mundo. La mayoría son mujeres que no cuentan con contrato, horarios, prestaciones o seguridad social. La mexicana Marcelina Bautista Bautista es una de las mayores luchadoras por los derechos de los empleados domésticos en la región. Entremujeres conversó con ella acerca del menosprecio social de esta actividad y de la importancia de la reglamentación de la Ley de Servicio Doméstico en Argentina.

Según la Organización Internacional del Trabajo, existen más de 53 millones de trabajadoras y trabajadores del hogar en el mundo. La mayoría son mujeres y su tarea es muchas veces invisible: hay millones que no cuentan con contrato, horarios, prestaciones o seguridad social. La mexicana Marcelina Bautista Bautista es una de las mayores luchadoras por los derechos de las y los empleados domésticos. Galardonada con un Premio Nacional de Derechos Humanos en México, es reconocida a nivel regional por su trabajo como Coordinadora para América Latina de la Federación Internacional de Trabajadoras del Hogar (FITH).

En conversación vía mail con Entremujeres, cuenta que partió de la comunidad indígena mixteca en Nochtixtlán, Oaxaca, a los 14 años, con la escuela primaria terminada y sin hablar español.

“Ahí las mujeres no tienen los mismos derechos que los hombres: el destino natural de una mujer es el matrimonio y los hijos ‘que Dios te mande’. En esta cultura y en la generación a la que yo pertenezco, el destino de una mujer era servir a un marido y a su familia y no realizar sus sueños”, narra.
Llegó al D.F. y no tuvo opción: comenzó a trabajar en una casa. Tres años después, decidió buscar oportunidades y emprendió el camino que la llevó a contribuir a la elaboración de una norma internacional para trabajadoras y trabajadores del hogar y fundar el Centro de Apoyo y Capacitación para Empleadas del Hogar (CACEH).

“Es una asociación con el objetivo de promover la organización gremial de las trabajadoras, sus derechos humanos laborales en el trabajo e incidir para proponer mejores leyes que verdaderamente las protejan”.

¿Cuáles son los principales obstáculos que deben afrontar hoy las trabajadoras domésticas?

La ley existente y mal implementada, la falta del cumplimiento de los derechos humanos básicos de las trabajadoras. Este es un reto y, como nos lo ha hecho ver la experiencia de Argentina, pueden pasar años para que se igualen los derechos de las trabajadoras. Por eso, las organizaciones civiles y sindicales de las trabajadoras del hogar deben ser una alternativa que permita a las trabajadoras ir mejorando sus condiciones de trabajo y su calidad de vida.

¿Qué herramientas tienen las trabajadoras domésticas para hacer valer sus derechos?

Cuentan con organizaciones que las representan y actúan como defensoras de sus derechos humanos y laborales, así también cuentan con leyes avanzadas entre uno y otros países. Hoy en día contamos con una norma internacional que las mismas trabajadoras del hogar demandamos ante la Organización Internacional del Trabajo, el Convenio 189, que debemos hacerlo efectivo promoviendo su ratificación su implementación y cumplimiento. Argentina lo tiene ratificado.

¿Por qué es un trabajo menospreciado socialmente?

Porque no es reconocido como un oficio digno e importante. Porque es un trabajo invisible, porque este trabajo lo realizan fundamentalmente las mujeres y vivimos en un sistema patriarcal, un sistema que privilegia a los hombres en relación a las mujeres en los diferentes aspectos de la vida. Lo doméstico es un trabajo no reconocido socialmente y recae sobre él un desprecio, una discriminación constante. Todo lo tangible del producto doméstico “desaparece” casi instantáneamente, se invisibiliza.

¿Cómo surgió la idea de crear el Centro de Apoyo y Capacitación para Empleadas del Hogar (CACEH) en el año 2000?

Fue una iniciativa que surgió cuando dejé de ser parte del primer grupo de trabajadoras del hogar “La Esperanza” y gané una beca en la fundación MacArthur. Fundé CACEH a partir de mi propia experiencia, yo trabajé como trabajadora del hogar por 22 años y sé lo difícil que esto es cuando no conocemos nuestros derechos, porque siempre estamos expuestas a la discriminación, malos tratos, despidos sin indemnización, acoso u hostigamiento sexual que pasa por desapercibido porque a la primera mujer que pudiéramos recurrir, que es la patrona, nunca nos cree por defender a sus hijos o a su marido. Me pongo en los zapatos de mis compañeras y lucho todos los días con ellas para avanzar en el mejoramiento de nuestros derechos.

¿Cuáles fueron los principales logros del CACEH?

Hoy hemos logrado poner en la agenda política el tema de las trabajadoras del hogar en México, hemos visibilizado el trabajo como un derecho y con derechos. Hemos logrado ser referente en los medios de comunicación y, sobre todo, hemos hecho que hoy en México se analice la situación de nuestro gremio. Que la asociación tenga ya 14 años es por sí mismo un logro, y esperamos seguir, sobre todo, para que las trabajadoras del hogar cuenten con un espacio para recurrir en caso de problemas laborales o a conseguir un trabajo con mejores condiciones.

¿Cuál es la situación a nivel internacional?

A las y los trabajadores del hogar no se les reconoce claramente en las legislaciones y, por lo tanto, carecen de los derechos laborales establecidos para toda persona trabajadora. Dada la naturaleza del trabajo del hogar, no existe fundamento legal en muchos países para reclamar sus derechos, y la postura de los patrones -en muchas ocasiones basándose en la ley de la oferta y la demanda- favorece la contratación de personas dispuestas a aceptar condiciones mínimas a cambio de un trabajo para sobrevivir.

¿Qué se hizo, qué falta?

Falta la ratificación del Convenio 189 en la mayoría de los países del mundo (Argentina sí lo tiene ratificado), y la necesidad de adaptarlo a las leyes nacionales. En los Países ya adoptados es necesario implementarlo y difundirlo como derechos de las y los trabajadores del hogar para que lo ejerzan plenamente y se reconozca su trabajo como un trabajo digno.

¿Está al tanto de la situación en Argentina, donde se reglamentó la Ley 26.844 de Servicio Doméstico, que regulariza, entre otras cosas, la jornada laboral y permite al empleado acceder a beneficios sociales?

Creo que la Presidente ha dado un salto muy importante al promulgar esta ley, al igualar los derechos de las trabajadoras del hogar con el resto de los trabajadores y trabajadoras del país. Lo relevante de esta ley es que se aplica a empleadas con cama adentro así como a quienes trabajan por horas, tengan uno o más empleadores. No sé si mis compañeras de las organizaciones en Argentina coincidan conmigo, pero establecer claramente los derechos permite a las trabajadoras su cumplimiento. Por ejemplo, que todas tengan derecho a vacaciones pagadas, que serán de 14 días hasta los cinco años de antigüedad, y hasta de 35 días después de los 20 años de antigüedad.

Especifican que la jornada laboral no podrá ser mayor a las 8 horas diarias ni a las 48 semanales. Las empleadas tendrán derecho a un descanso de 35 horas corridas por semana, a partir del sábado. Las trabajadoras con cama adentro deberán gozar de un reposo diario de 9 horas consecutivas, como mínimo, y de tres horas entre las tareas matutinas y vespertinas. En mi país, por ejemplo, la más reciente reforma regula 9 horas para dormir y tres para descanso intermedio, y los descansos de los sábados se pueden acumular. Lo que quiere decir en la ley mexicana que nuestro horario de trabajo es de 12 horas, pero también en la práctica esto no se cumple y por eso hoy hay trabajadoras que trabajan has 14 ó 16 horas diarias.

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