Las leyes, políticas públicas, costumbres y actitudes son responsables por reforzar y perpetuar las inequidades. Dos breves ejemplos:
-
En México, la Ley Federal del Trabajo no reconocía al trabajo doméstico remunerado como un trabajo igual a los demás y lo clasificaba como uno de los “trabajos especiales”. Así, las trabajadoras del hogar no tenían los mismos derechos que los demás trabajadores. Antes del decreto de 2 de julio de 2019 que alteró la Ley Federal del Trabajo y la Ley del Seguro Social, la jornada de trabajo podría ser de hasta 12 horas, sin pago de horas extras, y no había previsión legal para que los empleadores pagasen las aportaciones de seguridad social.
La falta de reconocimiento y protección legal tiene, en este caso y en los demás, consecuencias perversas para las trabajadoras del hogar, como:
- su exclusión de la protección social, sin derecho a recibir prestaciones;
- al mismo tiempo en que trabajan en exceso, no tenían amparo legal para recibir un pago justo por las horas de trabajo en exceso de las 8 horas de la jornada diaria;
- la falta de protección legal se convierte, entonces, en desventajas materiales y contribuyen para que las trabajadoras del hogar tengan peores salarios y peores condiciones de trabajo.
- niños que presentan comportamientos considerados inadecuado para su género pueden ser víctimas de discriminación y bullying en la escuela
- hombres y mujeres que no se adecuan a las expectativas de género en el trabajo son generalmente discriminados, con impactos en su estabilidad profesional y remuneración.
-
En Brasil, el derecho a la vivienda digna no es realidad para muchas de las trabajadoras del hogar. Es común que las trabajadoras vivan lejos de sus lugares de trabajo, en barrios en donde falta infraestructura, transporte y saneamiento básico.
Este escenario es resultado de muchos factores, entre ellos las políticas fiscales que impiden una inversión adecuada en el desarrollo urbano y las decisiones políticas que determinan que los barrios y viviendas de trabajadoras y trabajadoras no son prioridad en las políticas de desarrollo urbano. Además, como ya dijimos, lo niveles colosales de desigualdad son considerados normales, y por lo tanto esta violación de los derechos de las trabajadoras de hogar no suele ser objeto de políticas públicas.
Sin embargo, la lucha de las trabajadoras ha promovido cambios importantes en las leyes y políticas públicas, y con eso avanzamos para promover cambios en las costumbres y actitudes que refuerzan la desigualdad y la discriminación contra las trabajadoras del hogar.
Volvemos a los ejemplos:
-
En México, la lucha de las trabajadoras del hogar organizadas en el Sindicato Nacional de Trabajadores y Trabajadoras del Hogar (SINACTRAHO) y sindicatos afiliados fue responsable por los cambios en la Ley Federal de Trabajos de México y la Ley del Seguro Social en 2012 y los cambios en la Ley de Seguro Social en 2022.
A partir de la movilización de las trabajadoras del hogar y sus aliados nacionales, fue posible realizar una reforma legal en el 2012 que permitió reconocer, en primer lugar, el trabajo doméstico como un trabajo igual a los demás. Las trabajadoras del hogar conquistaron derechos como la jornada de trabajo de ocho horas diarias, pago de hora extra y otras determinaciones acerca de las condiciones de trabajo. En 2022, las trabajadoras del hogar lograron más una victoria legislativa, con la reforma de la Ley del Seguro Social que, aunque no es perfecta, al menos determina la obligación de la inscripción de las trabajadoras del hogar al Instituto Mexicano del Seguro Social. Incluye seguro de enfermedades y maternidad; de riesgos de trabajo; de invalidez y vida; de retiro, cesantía en edad avanzada y vejez y de guarderías y prestaciones sociales.
- En Brasil, el Sindoméstico-BA y la Federación Nacional de Trabajadoras del Hogar (FENATRAD) buscaron el apoyo del gobierno del estado de Bahía y del gobierno federal para crear un proyecto de viviendas dignas para trabajadoras del hogar. El proyecto fue financiado por programas estaduales y federales de viviendas populares dignas y beneficia a 80 trabajadoras del hogar, en un condominio que tiene, además de los servicios básicos como agua, saneamiento básico y electricidad, espacios adecuados para la recreación infantil. Hubo un proceso de selección, liderado por el sindicato, para que las trabajadoras pudieran recibir gratuitamente las viviendas. Los títulos de propiedad de las viviendas están a nombre de las trabajadoras del hogar.
En este video de la OIT Paraguay, una familia de trabajadoras del hogar cuenta como las trabajadoras organizadas fueron responsables por la Ley 5407/15 del trabajo doméstico, que aseguró a las trabajadoras de hogar derechos que antes no tenían:
Play Video
Cambiar la realidad de las trabajadoras del hogar exige organización para incidir sobre las leyes, políticas públicas y prácticas que sostienen a las inequidades.
