México, DF, a 17 de julio de 2014.- Hoy pude observar dos entrevistas colectivas (grupos de enfoque o focus groups) a empleadoras de trabajadoras del hogar. Y por más tiempo y situaciones que vivo en estos temas, no dejó de impresionarme mucho con lo que escucho, y su coincidencia total con las estadísticas.

Escuché, por ejemplo:
-Son de la familia, las tratamos muy bien… pero no pueden usar el baño de la casa ni recibir familia que las visite (ni que fuera su casa!).

-Viven muy bien, en la azotea hasta tienen baño.

-Compensaciones si, pero derechos laborales no (no vacaciones pagadas, prima vacacional, liquidación, etc).

-Tienen muy buenas condiciones, (aunque yo jamás trabajaría así).

-Trabajan porque no quieren estudiar. No les gusta.

-Les confiamos todo, son realmente de fiar. Pero hay que desconfiar de todo. Pueden ser ladronas, espías, hasta bajarte al marido. De todo.

-Una semana al año de vacaciones es lo justo. (dicen no tener horarios definidos pero expresan que trabajan 60 horas promedio por semanas, 6 días a la semana).

-Tienen compensaciones (agua, luz, gas…. me pregunté si a alguno de ustedes le cobran estos servicios en sus empleos).
-Todas han despedido, nadie ha liquidado. 3 % ha firmado un contrato con su trabajadora, 97% no.

-Nunca se me había ocurrido que pudieran tener seguro social. Pero la verdad es que no lo necesitan.

-Claro que están mejor que antes… Ahora ya no las compras, las pides del pueblo. Bueno…en Europa si se les paga muy bien.
-Por los intangibles (seguridad, confianza, cuidado de hijos, apoyo incondicional, buen actitud), de vez en cuando hay que darles un regalito.

-Que desventajas tienen tener trabajadora del hogar? …huelen muy feo! …Y ventajas? Yo no hago NADA…

-Y cuanto les pagan? ….silencio, el único momento de silencio total.

-¿Y cómo mejorar la situación?:

-Sabemos que viven pobreza, discriminación, maltrato, abusos, sin educación… Pero nosotras las tratamos muy bien. (Todos/as siempre estamos en el lado correcto, son “los demás” quienes no).

-Claro que aceptaría que cambien las leyes y sus condiciones laborables, es justo. Aceptaría siempre y cuando no me cueste nada. No me afecte en nada.

-¿Ustedes que cambiarían si fueran trabajadoras del hogar? Mmmm… ¡Yo cobraría más!, sería más proactiva… ¡Yo jamás lo haría!

Las entrevistadas eran personas de clase media, urbanas, empleadoras promedio. Muchas cosas no las dicen literalmente así, pero todo está contenido en el diálogo. El clasismo, el machismo, el racismo, la desigualdad y la ilegalidad reproducidas al interior de cada hogar.

Este ejercicio (que será largo, nacional, multisectorial, luego lo comentaré), nos va a ser sin duda muy útil.

*El autor es presidente del CONAPRED