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El 60% de las empleadas del hogar no dispone de contrato

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por Sofia Trevino Última modificación 02/03/2015 02:10
Cuando entré a trabajar en la casa pedí un contrato y me dijeron que no. Pero lo necesitaba".

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Son palabras de Azabache (nombre ficticio), una ciudadana de origen sudamericano que vive, desde hace más de una década, en la capital jiennense. Son sus palabras, pero podrían ser las de cientos de empleadas del hogar que realizan su trabajo en unas condiciones que, cuando menos, resultan precarias.

Azabache no figura en la lista de contratados de la que, últimamente, presume el Gobierno de Rajoy, aunque lleva "siete años" como "semiinterna" en una vivienda. Aunque, en un principio, su labor se limitaba a "cuidar de una persona mayor", pronto vio cómo sus tareas iban a ser muchas más: limpieza, recados, hacer la compra, y atender las casas de otros miembros de la familia. Con todo, su verdadero problema comenzó hace poco. Con un dolor, un diagnóstico, una intervención quirúrgica y un tiempo de baja estimado en, al menos, dos meses. "De reposo absoluto", cuenta la mujer. "Si hago fuerza, se me pueden abrir los puntos. Pero si no trabajo, ¿me van a guardar el puesto?", declara Azabache. No lo sabe. Lo ha preguntado a sus "jefes", pero sigue sin saberlo. Tampoco tiene claro si cobrará "algo" durante estas semanas de recuperación. Y necesita el dinero. "Si no fuera por mis amigas, no sabría qué hacer. Ellas me pagan hasta las medicinas para el dolor", asegura.

Para Francisco Cantero, responsable de Empleo de CC OO Jaén, este caso no resulta una sorpresa, por desgracia. "A nuestra sede vienen muchas mujeres, sobre todo de Filipinas, Indonesia y Ecuador, para denunciar situaciones similares", afirma el sindicalista, que lamenta la "flagrante pasividad de la Inspección de Trabajo" ante una "explotación laboral" que, a veces, se convierte en un régimen de "semiesclavitud"."Recuerdo a una marroquí que nos vino a ver. Llevaba diez años trabajando y no estaba ni empadronada", relata el responsable de Empleo de CC OO. "Estuvo cuidando a una mujer mayor y, cuando esta falleció, se quedó sin trabajo y sin nada. No sabía siquiera hablar en castellano, tuvo que venir su hermana para hacerle de traductora", agrega Cantero. El caso de esta fémina ejemplifica la actitud de algunos "empleadores" que se niegan a ayudar a sus trabajadores a regularizar su situación o, simplemente, empadronarlos. "Más de la mitad de las empleadas del hogar están en la economía sumergida", asegura Cantero basándose en un informe provincial realizado por el sindicato. Aquellas trabajadoras que sí están dadas de alto tampoco se libran de los abusos: no se respeta el horario, no se hacen los descansos estipulados, y un largo etcétera que también conocen a la perfección asociaciones de inmigrantes como de ecuatorianos residentes en Jaén "Movimiento País".

"Las empleadas del hogar, ahora mismo, no tienen derechos laborales y están casi completamente desamparadas", reclama Natacha Orejuela, miembro del colectivo. "Cobran unos ochocientos euros al mes por jornadas intensivas de lunes a viernes y no se dan ni las dos horas libres al día que corresponden según la Ley", informa la portavoz de la asociación, que también recalca los escasos contratos que se firman. "Menos de la mitad de las empleadas del hogar están dadas de alta, según calculamos. Pero no tienen otra opción y lo aceptan así", explica Orejuela. CC OO recuerda, por último, que en casos de fraude laboral existe la opción de asistencia jurídica gratuita.

Source: Antonio Heras

Story Type: News

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